LA HISTORIA DE LA CAUCHERIA

15.02.2014 11:56

LA HISTORIA DE LA CAUCHERIA

 

A comienzos de su independencia Colombia y Perú sostuvieron un acuerdo llamado modus vivendi sobre el rio Napo y Caquetá, donde los peruanos se comprometían a retiras las tropas del Putumayo y Caquetá, dejando colombianos operando la compañía cauchera del señor Mario Arana; quedando a la merced de los peruanos, colonos, y los caucheros independientes que existían en aquella época.

Así entregando Colombia, la extensa zona del Putumayo y el rio Amazonas a los peruanos, dejando a sus tropas en un nivel de inferioridad de condiciones ante los empleados de dicha compañía debido a que poseían mejor armamento.

Cumpliendo 100 años de lo sucedido, apareció el valiente periodista Benjamín Saldaña Rocca de Iquitos, que hizo un denuncio fulminante contra la Casa Arana, debido a las atrocidades que cometieron con respecto a la esclavitud en la que mantenían, robo, estafa, incendios, violaciones, torturas, mutilaciones hasta llegar a matarlos, a los indígenas boras, uitotos y matapis. Donde explica como asesinan a 25 indígenas que vistieron con un costal empapado de kerosene, prendiéndoles fuego, también el secuestro de niñas entre los 8 y 15 años, donde ensayaban con ellos puntería y los dejaban morir de hambre o mutilaban, litigaban, castigaban con cepo por no cumplir su cuota.

Este señor Arana no solamente abusaba de los indígenas sino también de los colonos y caucheros colombianos. En 1909 los empleados de él asesino a más de 100 colombianos y fuera de eso los peruanos atacaron a soldados y asesinaron numerosos colombianos. Siendo bestias de carga sin paga por el trabajo, dándoles mercancías inservibles y a alto costo que ni siquiera podrían cancelar. Este régimen que mantenía Arana era  basado en el terror debido a que estaba acabando con los indígenas del Putumayo.

Gracias a esto un periódico londinense publico los atrocidades e injusticias que estaban cometiendo, donde el parlamento ingles en 1910 envió a Sir Roger Casement, a que hiciera una investigación exhaustiva y después de eso hizo cerrar la compañía Arana y que fueran castigados los culpables de esta.

En 1912 el sumo pontífice Pio X condeno los abusos de Arana pero el gobierno de Rafael Reyes no hizo nada en lo absoluto para defender y hacer respetar los derechos de sus compatriotas indígenas del Putumayo.

A los peruanos no les importo los crímenes que hizo el Señor Arana ya que supuestamente estaba llevando progreso al Amazonas. Y por ende siguió sus actividades caucheras al sur del Putumayo. Hacia 1932 este personaje les da armamento a los policías y civiles Iquitos para atacar a los funcionarios colombianos en Leticia, debido a que su intención no solo era recuperar su imperio cauchero sino que además era apoderarse de los territorios del Putumayo, el trapecio amazónico y que fueran anexados a Perú.